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RECONCILIACIÓN

RECONCILIACIÓN

El hombre mira a la ballena agonizante y comienza a llorar en silencio, acaricia su piel áspera y fría, ya casi sin vida. El hombre acerca su rostro a un ojo de la ballena y le enseña el dolor que siente por ella y después sonríe comprensivo. Comienza a acariciarle la cabeza mientras le susurra todos los viajes por mar que podrían hacer juntos, todas las islas por descubrir, todos los misterios de las tormentas aun por ver. Lentamente la ballena comienza a moverse, muy despacio, de un lado a otro, balanceándose, consigue un leve impulso y retrocede. El hombre sigue hablando de paisajes idílicos, cielos infinitos, lunas gigantes, mientras la ballena empieza a sentir la humedad en su cola, después en su vientre y al final en todo su ser vuelve a llenarse de sal y espuma. Las palabras del hombre la acompañan hasta el último momento, hasta que se pierde en el horizonte, se confunde con las olas y decide dar a la vida otra oportunidad.

LUCHA INTERIOR

LUCHA INTERIOR

Al escritor le tiembla la mano, tanto, que apenas puede pulsar las teclas de su ordenador para terminar su última obra, la más importante, la que le hará inolvidable, la que grabará su nombre en la historia. Lo tiene todo pensado, ha preparado cada detalle con sumo cuidado. Pero sus dedos se resisten, le niegan, no quieren terminar lo que ya está empezado. El lucha contra sus dedos hasta que consigue controlar uno, el índice, e ir marcando una a una las teclas que van dibujando en la pantalla las letras de la frase final, del golpe de efecto. Cuando marca el último punto sus dedos se rinden, saben que ya está todo perdido, que ya no pueden hacer nada contra el escritor porque la decisión está tomada, el plan casi consumado.

Los dedos caen inertes, como inerte cae el escritor cuando el asesino que él ha imaginado por fin lo alcanza.

UN VIERNES MISERABLE

Todos tenemos lunes miserables, martes miserables, miércoles miserables, etc. Yo lo que no me esperaba hoy era un viernes miserable, y es que empezar mal el fin de semana antes incluso de que haya comenzado es horroroso.

Anoche me acosté con la esperanza de que este cansancio primaveral que me acompaña me ragalara una noche de sueño profundo, cosa extraña en mi. Pero a la una de la madrugada todas mis vísceras se han revelado y me ha dado un cólico intestinal, casi muero en el intento, gracias a San Borja, que me ha rescatado, os lo estoy contando ahora. Con el dolor y el mareo ya no he podido conciliar el sueño en toda la noche. Cuando ha sonado el despertador apenas podía levantarme, lo he hecho con la esperanza de que hoy el día en el trabajo fuera tranquilo ya que es viernes. Iba en el coche pensando que todos los elementos me iban a ayudar a sobrevivir a la resaca de mi "noche toledana", pero los elementos se estaban alineando para otra cosa.

He llegado al centro donde hago reconocimientos médicos y estaban esperando más trabajadores de los que a mí me constaba que tenían cita, muchos más. Como todo el mundo sabe sólo tenemos dos manos y por muy rápido que uno quiera ir, si no ha nacido en criptón y tiene supervelocidad (que me habría venido muy bien todo hay que decirlo), uno da lo que da y se tarda una media de 15minutos por paciente, se pongan como se pongan. Al ver semejante caos, y con mis capacidades psicomotoras bastante disminuidas, he pensado que los elementos me odiaban y los dioses habían decidido castigarme por alguna razón. Ilusa de mí he hecho de tripas corazón he salido del atolladero como buena mente he podido, aguja en mano y pinchando a diestro y siniestro, para despejar un poco la sala de espera, rezando en silencio para que la cosa no empeorara. Digo Ilusa porque ya lo decía Murphy, gran visionario del siglo XX, si algo puede ir peor, irá peor. Así que me han tirado un bote de orina encima, un chico ha hecho una parada respiratoria y no se me he seguido padeciendo las reminiscencias del cólico toda la mañana. Los pobres pacientes viéndome en semejante estado me han dado muchos ánimos y se han compadecido de mi estrés laboral, que majos, por lo menos han sido solidarios. Mi compañera aun no sale del colapso que le ha provocado esta mañana infernal y cree que no lo va a poder superar en todo el fin de semana, pobre.

Yo por mi parte, no pierdo la fe, sigo esperando a que los dioses me perdonen y me concedan una última gracia, dos horas de silencio absoluto en mi casa, sin vecinos chillando que mueven muebles y pasan la aspiradora a las tres de la tarde, sin perros psicópatas ladrando compulsivamente, sólo eso dos horas de silencio que me permitan cumplir mi último deseo de hoy, mi última esperanza de recuperar el buen rollo del fin de semana porque amigos no hay mal que una siesta de pijama y orinal no cure.

EL EXPEDIENTE ANWAR

EL EXPEDIENTE ANWAR

Ayer vi esta película en el cine, no por nada en especial, era la que mejor nos venía de hora. No sabía muy bien a lo que iba porque no había visto ningún trailer, pero el título me resultó atractivo porque tengo un amigo que se llama como el protagonista, además los actores me gustan mucho, Reese Witherspoon está genial en el papel. La película es un thriller político que trata de sí el fin justifica los medios en referencia al problema del terrorismo después del 11-S, y supongo que cada uno tendrá su propia opinión, yo lo tengo claro, pienso que hay que andarse con mucho cuidado con los fines y la red de intereses creados que los rodean, por eso siempre hay que usar medios legales y respetar la integridad de las personas en todos los casos.

La verdad es que me causó mucha impresión, y no porque no supiera en que mundo vivimos, sino porque cuando te lo hacen tan evidente, tan tangible, y además sabes que la realidad suele superar a la ficción, te da por reflexionar. Después de verla me he preguntado cuanto controla uno su destino. En realidad a mí me parece que poco, muy poco, porque como la mayoría de nosotros sabemos, los que no lo saben son unos afortunados, la vida puede dar un giro de 180º en un minuto y cambiar todo lo que creías cierto. La conclusión a la que he llegado es que debemos disfrutar cada momento, a ser posible de una forma racional y responsable, no mal entendiendo la filosofía del carpe diem, porque nunca sabemos que nos depara el minuto siguiente.

No dejéis que los cambios os pillen con te quieros sin decir, perdones sin pedir, besos sin dar, y tantas cosas que no se deberían dejar para un después que quizá no llegue nunca.

TINIEBLA

Se le olvidaron las mañanas de los domingos, las caricias del sol en ru rostro, el sabor de los labios. La noche había tomado posesión de su mirada. Ella lo vio, estático, perdido en su miseria, y sin negociaciones previas le invadio los ojos de una vez y para siempre, liberandolo de la tirania del no perpetuo.

LA PARTIDA

Estoy coronado por una cruz sagrada, postrado entre cuatro paredes invisibles, negras. He nacido para sufrir la tortura de la defensa innata, nunca de la lucha encarnizada.

Sentado miro, mientras anhelo lo imposible, un mañana, libre. Pero una y otra vez sufro. Ganar o perder, que me importa, si mi palacio es negro y blanco, siempre cuadrado, sin pasillos, sin sorpresas, sin puertas, sin mañana, sin ventanas, sin horizontes.

Maldigo el día en que coronaron mi vida, en que la encadenaron a la cruz, al ejercito, al poder. Pero por encima de todo maldigo el día en que me atrapó el yugo del amor, ese ciego que fue robándome cualquier libertad de movimiento. Fue el y no otro el que confinó mi existencia a la malicia, a la astucia, al hechizo de los ojos oscuros, de los cabellos azabache, a la piel de ébano. Dejé de ser rey y me convertí en consorte. Ella me arrebató mis dominios.

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Comienza la partida, todos en pie. Destaca mi estandarte sobre todos los símbolos. Frente a mí, irónicamente, el color de la paz me saluda.

El y yo nos miramos, sabiendo que uno de los dos besará el suelo esta vez. No hay rencor, resignación. Ellas también se miran. Odio, astucia, retorcida lástima. El resto de la corte solo huele la batalla, ni piensa, esperan su oportunidad de muerte.

Ellos realizan el primer movimiento, no hay novedad. Observo, espero. Respondemos con una defensa velada, no hay sorpresas. Ellas se miran, altivas, desafiantes, sabedoras del poder que emana cada poro de su piel, las más fuertes, las más importantes, las más peligrosas. Esperan.

Avanza la partida, no hay bajas aun. Yo observo, quieto espero, espero lo inesperado, una mano invisible me extirpe de este laberinto de intrigas, o que me lleve a conocer a la guadaña, a la verdadera y que ella me abrace para siempre.

De repente mi reina avanza, majestuosa y espectacular. Sin contemplaciones se acerca a un pobre peón, un don nadie condenado antes de tener nombre. Saborea su sangre antes de rozarle, contempla el miedo dibujado en sus ojos, se deleita. Mi reina, implacable, disfruta de la primera baja enemiga. La miro, en su mirada ya no existe rastro alguno de sentimiento.

Mi adversario ha contemplado la escena, toda la corte. El y yo sonreímos, resignados.

La partida continua, ya no hay vuelta atrás, no se detendrá por nada, no se detendrá por nadie. Únicamente por él, por mí. Ellas siguen en pie, acechándonos, pidiendo a gritos ahogados un sacrificio. Vestida de marfil, la esposa de mi contrincante, está muy cerca, casi puedo tocarla y sé que esta vez, como tantas otras, yo seré el que humille la corona. Me mira complacida, irónica, triunfante. No importa. Mi esposa desde la distancia sabe que es el fin. Eterna viuda negra, sin pena, ni dolor, sólo odio frío, desdén, vergüenza. No me importa.

En mi caída lo veo a él, mi adversario me mira comprensivo, desde la lejanía. Él entiende, sabe lo que estoy pensando, lo que siento, porque nos separan seis habitaciones, tres blancas, tres negras, y luego nosotros. Ambos sabemos que mañana será otro día y puede que yo no sea el vencido.

El miedo hace tiempo que pasó, la resignación no vale nada. Nos queda una pequeña esperanza, un ruego, un sueño. Que nos quiten los yugos de la corona y se los coloquen a ellas, ellas que viven la batalla, ellas que si tienen cabida para el odio. Ellas. Y que a nosotros nos lleven lejos, donde la vida no tenga cuatro paredes invisibles, donde la palabra libertad exista.

NOMADAS DEL VIENTO

NOMADAS DEL VIENTO

Ayer vi este documental, formato que he de decir que no me suele llamar la atención. La verdad es que decidí cogerlo en la biblioteca porque había oído que era una belleza y estuvo nominado al oscar. Comencé a verlo por simple curiosidad pero me hipnotizo durante 90 minutos, fue como viajar, me dio paz. El tema principal son las migraciones de aves en todo el mundo, lo cual tal y como está tratado resulta un descubrimiento. Las imágenes son impresionantes, por momentos te preguntas cómo es posible que las hayan grabado, la banda sonora forma parte activa del documental porque el narrador tan sólo dice unas pocas frases que bien podrían no estar. Hay que verlo, es una joya.

 

En el comienzo hubo una secuencia que me impactó por la crueldad, por lo terrible del instinto de supervivencia. Una cría de petirrojo recién salida del cascarón, aun sin plumas, con los ojos cerrados intenta tirar un huevo del nido. La cría lucha hasta que, a base de empujarlo con todas las fuerzas que puede reunir un pajarillo que acaba de nacer, consigue tirar el huevo de su hermano del árbol. En ese momento, exhausta, descansa en el nido porque ha vencido. Es una imagen que recordaré tanto por su dureza como por su hermosura.

 

Si queréis sorprenderos, desconectar, volar, expandiros entre las nubes, solo tenéis que buscarlo, merece la pena.

HERENCIA

Como un aguijón de podredumbre que rezuma,

me acompaña el gen.

No lo quiero, no lo he pedido,

su hedor me hace sombra, me asusta.

Lléname de nada, de lo nuevo.

Límpiame el veneno de lo no dicho,

de lo que no es.

No puedo, me anula, me come,

y ahí la perpetuidad del nombre,

de ahí no se escapa.

El honor hipócrita salta de una esquina a otra,

golpea mi rostro inocente.

Pero aquí sigo,

aguanto,

os espero.

El tiempo es democrático, implacable

y yo

                                             os espero.

TRILOGIA DE LA IRONIA

TRILOGIA DE LA IRONIA

MILAGRO PROVIDENCIAL 

El suicida dio gracias a dios mirando la cuerda rota.

ESPERANZA? 

La bala le susurró al oido otra oportunidad.

ENFERMEDAD 

En aquella ciudad cayeron fulminadas las palomas, muertas por hipocresía.

HOY NO ES CUALQUIER LUNES

No os vayáis a pensar que me he olvidado de vosotros, no. Es que estoy esperando como agua de mayo a que me pongan Internet en casa, momento en el cual intentaré escribir casi todos los días.

Quería cometaros también que este fin de semana se ha producido un gran acontecimiento, ha sido la 18 Muestra Iberoamericana de Narración Oral Escénica en el Teatro Fernan Gómez, en la que he tenido el orgullo de participar. Ha sido un encuentro de Narradores de varios países con cuentos muy especiales, ya que son la vanguardia de la vanguardia de la narración oral. Allí nos reunimos rodeados de cuentos insólitos, hiperbreves, breves, de duración normal; cuentos de humor, amor, terror, atmosfera... Una autentica fiesta para los amantes de la palabra. En unas semanas comenzará el ciclo de cuentos en el Zaguán, un café situado en la calle Segovia Nº7. Cuando llegue el momento avisaré, también aquí, para que los que podáis vengáis a compartir con nosotros ríos de imaginación.

Para mi los cuentos son como el aire que respiro, me hacen falta para vivir, por eso quiero compartir con vosotros esta pasión que me ha acompañado toda la vida, la pasión de dar otra dimensión a las palabras, de rozar los corazones con la voz en el aquí y ahora.

Espero que os pique el gusanillo de la curiosidad y, en breve, os vea como público en alguna función.

UN COMIENZO ES UN REGALO

Tres largos meses de ausencia, si, la verdad es que ha sido un largo paréntesis. Me hubiera gustado poder seguir escribiendo durante este tiempo pero la realidad es que la vida te lleva y te trae y todo va tan rápido que te olvidas hasta de ti mismo. Me gusta pensar que cada comienzo es un regalo, asi que vuelvo llena de ganas, de energía y de valentía nueva.

FRANCISCO GARZON 60 AÑOS, GAVIOTAS DE AZOGUE

Tras esta larga ausencia quería hacer un regalo a todos los que me visitan, un regalo que os entrego como me lo entregaron a mí, y espero que a su vez vosotros se lo regaléis a aquellos que os rodean, merece la pena. Este año tenemos el privilegio de celebrar el 60 cumpleaños de Francisco Garzón, mi maestro, mi segundo padre, el hombre que ha traído a nuestros días la Narración Oral Escénica, reinventando el arte milenario de contar, actualizando la palabra. Digo privilegio porque para celebrarlo con nosotros, él nos ha regalado la colección Gaviotas de Azogue, una serie de escritos de importancia literaria que se inaugura con su Trilogía del Amor. Francisco Garzón artista de la palabra dicha y escrita, comparte con nosotros estos tres poemas cargados de sensibilidad, de belleza, de verdad.

Lo que no podré compartir con vosotros fue la experiencia de asistir al estreno de estos poemas, el 19 de julio, rodeados de encanto en el café Ruiz, del aroma a café y de la compañía de mis amigos los narradores. Donde la lectura de estos poemas en voz de Francisco se convirtió en un momento mágico que todos llevaremos prendido en el corazón siempre.

TRILOGÍA DEL AMOR

Francisco Garzón Céspedes

 

LO SÉ EN EL CIELO CON TINTES DE HOJARASCA

lo sé en el cielo con tintes de hojarasca del amanecer

lo sé en las luciérnagas de los cuerpos sobre la cama

lo sé en los murmullos del despertar a la rutina

lo sé en los pasos cercanos cuando se alejan

lo sé en el pozo de las miradas al reencontrarse

lo sé en las palabras y en las caricias

en sus azoteas y en sus sótanos

en sus paredes y en sus suelos y en sus techos

lo sé una y otra vez al caer y al alzarnos

el amor existe reinventándose en quienes

indefensos, sobrevivientes, afortunados

cada mañana lo reinauguran

reinaugurándose en las huellas de sus cicatrices

 

CUANDO SE RECUERDA LA CARICIA

cuando se recuerda la caricia de los cuerpos

se recuerda la textura fresca del lino en la piel

cuando se recuerda el compás de los latidos

se recuerda la espuma haciéndose y deshaciéndose donde la ola

cuando se recuerda el contacto de las miradas

se recuerda el impacto de los relámpagos al descubrirse

cuando se recuerda el soplo de las respiraciones

se recuerda el aliento purificador sobre el barro

el amor todo lo recuerda diferente

 

DONDE HABITA EL CIELO AFORTUNADO

donde habita el cielo afortunado habita la nube

donde habita la tierra fértil habita el desierto

donde habita el agua transparente habita el fango

donde habita el fuego confortante habita la ceniza

donde habita el aire protector habita el desamparo

donde habita la hierba bienhechora habita la maleza

donde habita la sangre cual torrente habita el remolino

donde habita el pájaro de las claridades habita la penumbra

donde habita la canción de cuna habita la elegía

donde habita la memoria imborrable habita el olvido

donde habita el amor de los amantes sólo habita el amor

sólo habita el amor tan habitadamente solo

UN DÍA CUALQUIERA

El día pasa y todo sigue igual. Te levantas, vas al trabajo que siempre es una selva, vuelves a casa, comes, duermes una siestita, te levantas, con suerte vas a la piscina, meriendas, lees, vuelves a casa, preparas comidas, colocas un poco, cenas, una hora de tregua en el sofá disfrutando de Borja y después a la cama. Ha sido un día cansado pero a la mañana siguiente… Te levantas, vas al trabajo que siempre es una selva, vuelves a casa, comes, duermes una siestita, te levantas, con suerte vas a la piscina, meriendas, lees, vuelves a casa y de pronto en el suelo de la calle encuentras un billete de cinco euros. MAGIA, esa cantidad ínfima de buena suerte le cambia el color al día en un segundo, de pronto es como si te hubiera tocado la lotería, pasa de ser un día normal a ser un día con suerte y esos días son geniales porque te sientes capaz de cualquier cosa.

Así que he pensado que voy a despistar algunas monedas en la calle, pocas que la economía no está para excesos y también voy a "olvidar" algún billete en los pantalones de Borja y en los míos, porque no. Sólo espero que cuando alguien encuentre alguna moneda o nosotros encontremos los billetes "olvidados" y nos invada la diosa fortuna, algo se despierte y quizá nos alegre un poco el día, nos haga, al menos durante un ratito, poderosos. Después quien sabe, la suerte es caprichosa.

BAILE

Bailaban mirándose el uno en los ojos del otro, el uno en los ojos del otro repasaban los surcos de su piel, su pelo cano ya. Bailaban,  mientras acariciando sus manos sentían que ya no eran las de antes. Sus pasos hacían la danza lenta, como a ellos les gustaba. Bailaban recordando el día en que se conocieron, y como entonces, recordando aquella sensación, perdiéndose en sus pupilas, sabiendo que en aquel lugar vivirían siempre, rodeados de música, en su pequeño reducto de paraíso.

REALMENTE QUEREMOS HUIR DEL SUFRIMIENTO

¿Quiénes seriamos si viviéramos en perpetua felicidad?, ¿con qué mediríamos lo bueno si no existiera lo malo? ¿Cómo aprenderíamos de los problemas y las equivocaciones si todo fuera perfecto?

Cuando leí “Un mundo feliz” pensé que sería genial ser un autómata educado para ser lo que era, sin conflictos, sin deseos de nada más. Tenía 15 años y no sabía lo que pensaba.

Diez años después la vida se me antoja algo más clara que a esa edad y ya no creo lo mismo.

Miro a mí alrededor y veo a la nueva generación, a esa que en teoría lo ha tenido un  poco más fácil, pero no los veo más felices, ni más motivados. La comodidad no estimula tanto como yo pensaba.

Que la vida es dura lo sabemos todos, que los malos momentos nos completan es una teoría que tengo y que está por confirmar. Pero precisamente porque de las desgracias, de los problemas, del dolor no se puede huir tengo una amiga que dice que hay que celebrar todo lo que se pueda, todos los cumpleaños, aniversarios, san valentines prefabricados, todo, porque eso es lo que nos vamos a llevar. Y yo añadiría que hay que disfrutar cada día de lo que tenemos cerca, a nuestro alcance: del amor (en cualquiera de sus vertientes), de los amigos, de la familia. Pero sobre todo de los momentos de felicidad cotidiana: un helado de nata con trocitos de chocolate, el final de un libro, las flores frescas en el salón, las fiestas de reina cuando me ve llegar a casa y me chupa las manos, un bol de palomitas de maíz, una buena película en el cine o en casa, una coca cola fresquita, descalzarme siempre que puedo, la sandia cuando llega el verano, que suene mi canción en la radio cuando estoy triste y me haga sonreír, el agua caliente de la ducha, las sabanas recién puestas, una caricia inesperada, las cosquillas, la casa llena de velas, una noche de sueño sin despertarme ni una sola vez, las mañanas de los sábados y los domingos, las sorpresas, los abrazos…

Y la verdad es que celebrando y disfrutando, lo demás puede ser mucho más llevadero. Eso si que lo tengo confirmado. 

VIERNES

Todo llega, al fin, el día correspondiente. Lo malo de esperar algo con ansia, de imaginar las cosas, de crearnos expectativas, es que la realidad puede decepcionarnos.

Pero no importa porque mañana estaré de vacaciones y el sabado, de una manera u otra nunca decepciona.

JUEVES - VIERNES

JUEVES - VIERNES

Veo esta foto y pienso que no hay remedio, va a ser la semana más larga de mi vida. Los minutos se estiran tanto que parecen siglos y me muevo como si estuviera sumergida en crema tibia, avanzo despacio, cada paso dura una eternidad, mi cuerpo no responde a mis impulsos al tiempo, reacciona tarde. Como si me faltara media pila, funciono a un cincuenta por ciento, como pasar un día en un sueño en el que lo que quieres siempre está delante y nunca lo tocas. Una sensación espesa. Y de fondo ese olor a arena caliente, a sal, a piel mojada, ese olor que se queda lejos. Casi puedo tocarlo.

Me consolaré pensando que mañana será otro día, pero sobre todo, será el día prometido, el último de esta temporada de trabajo, que ahora que lo pienso, también ha sido como nadar en crema tibia.

MIERCOLES - JUEVES

Hoy me he levantado de jueves aunque, curiosamente, es miércoles. Pero por alguna razón cuando he abierto los ojos esta mañana he sentido que era jueves, así que estoy desajustada. Tengo esa sensación de que casi es fin de semana, de que no importa si hoy no duermo mucho porque mañana es viernes y los viernes siempre hay siesta, de que mañana empieza lo bueno, de que hoy no cuenta. La "tragedia" es mayor porque el viernes comienzan mis vacaciones y la promesa también es mayor. Uno cuando huele las vacaciones también se despista un poco porque concentrarse pensando en la playa es muy complicado. Yo no se si es por eso o porque el trabajo se multiplica justo en estas fechas, yo me he levantado de jueves, queriendo huir del miércoles, queriendo acortar un poquito la semana. Espero levantarme mañana igual que hoy y no de viernes, que eso si que es horroroso.

Los días de la semana para mi son como los ciclos lunares, de alguna manera me afectan el animo, los lunes dan pereza, los martes más pereza porque trabajo por la tarde y son lunes elevados al cubo, los miércoles ya casi son jueves y de pensarlo me pongo contenta, los jueves para mi son fin de semana por eso de que el viernes hay siesta y que hay más feliz que pensar en la siesta, los viernes orgásmicos por la misma razón, los sábados son días de playa, días de Calpe, y es que cuando me levanto tarde y paso el día tranquila con Borja me siento en vacaciones, y los domingos, dulces y amargos al tiempo porque todo vuelve a empezar mañana.

En fin, hoy que es mircoles puro y duro me consolaré pensando en el día tan espléndido que hace en la calle, en el agua de la piscina e intentaré sobrevivir hasta mañana que, seguro,  empieza lo bueno.

CIRCULO

Me sumerjo confiada en tus mares de colores

agitando alas de plata.

Quiero salvarte, sacarte las tormentas,

los mounstruos milenarios,

las sirenas.

Vuelo en ti, navego en ti.

Quiero llenarte de caricias de plumas,

de lenguas de coral,

de aceites.

Y ser uno, completos.

Ser uno,

ser solo

                           nosotros.

LA JUVENTUD ES UNA ENFERMEDAD QUE SE CURA CON LOS AÑOS

LA JUVENTUD ES UNA ENFERMEDAD QUE SE CURA CON LOS AÑOS

Dios mío, noooo!!!! Pertenezco ya a una generación, lo dicen en la tele, a la generación esa del anuncio nuevo de coca cola. No lo podía creer, cada cosa que decían, cada elemento me identificaba. Recuerdo perfectamente que cuando yo entendí lo que significaba el concepto generación, y pensé que todos los que pertenecían a una ya tenían cierta edad o estaban muertos, de ahí mi trauma. Aun así me resistí a pensar que era cierto, que yo pertenecía a ese cliché.

Pero huir de la realidad es absurdo. Y no sé si perteneceré a le generación coca cola o no, lo que se es que me he hecho mayor. Hay muchos signos y síntomas que te lo van evidenciando, pero siempre existe un punto de inflexión tras el cual no hay vuelta atrás. Para mí ese momento llegó hace unos días de una manera trivial, sencilla, pero aplastante en su significado.

Estabamos Borja y yo paseando a Reina (mi perrita) por la única maravilla de Yuncos City, el parque con el lago de los cisnes. Y es que aunque en si el pueblo sea pequeño y bastante feo, tiene ese pequeño reducto de paz, ver a los patos y a los cisnes en ese marco es un lujo rural bien extraño. Pero eso es otro tema, el que nos ocupa es bien distinto. Estabamos Borja y yo paseando cuando nos dimos cuenta de la cruda realidad, éramos ,con diferencia, las personas mayores del parque, a nuestros 26 y 25 años respectivamente. Fuimos conscientes de eso porque nos miraban raro, como si sobráramos. Pero lo peor fue que nosotros también mirábamos raro, no sólo eso, les estabamos criticando de forma despiadada: que si mira esos que corte de pelo llevan, que parece que tienen una mofeta en la cabeza, que si mira aquellos que están a brazo partido en el cesped no podrán irse a su casa, que si mira lo escandalosos que son...HORROR!!!!!

Si amigos ese fue el punto de inflexión, ahí me di cuenta, me estoy haciendo mayor. Es ese punto en el que empiezas a no entender cosas nuevas, actitudes nuevas, lo nuevo en general. Yo nunca he tenido miedo a cumplir años, ni me ha importado el paso del tiempo, jamás he pensado que cualquier tiempo pasado fue mejor, ni añoro volver a la niñez. Pero lo nuevo, lo que ya no comprendo, los comportamientos que no puedo integrar en mi escala de valores, eso si me asusta.

Desde ese día estoy muy preocupada, me niego a ver a las "nuevas generaciones" como a seres de otro planeta. Así que tengo un firme propósito, el próximo día que lleve a Reina a ese parque voy a mirar distinto, sin prejuicios y os contaré que es lo que me encuentro.