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lostulipanesvioleta

UN DÍA CUALQUIERA

El día pasa y todo sigue igual. Te levantas, vas al trabajo que siempre es una selva, vuelves a casa, comes, duermes una siestita, te levantas, con suerte vas a la piscina, meriendas, lees, vuelves a casa, preparas comidas, colocas un poco, cenas, una hora de tregua en el sofá disfrutando de Borja y después a la cama. Ha sido un día cansado pero a la mañana siguiente… Te levantas, vas al trabajo que siempre es una selva, vuelves a casa, comes, duermes una siestita, te levantas, con suerte vas a la piscina, meriendas, lees, vuelves a casa y de pronto en el suelo de la calle encuentras un billete de cinco euros. MAGIA, esa cantidad ínfima de buena suerte le cambia el color al día en un segundo, de pronto es como si te hubiera tocado la lotería, pasa de ser un día normal a ser un día con suerte y esos días son geniales porque te sientes capaz de cualquier cosa.

Así que he pensado que voy a despistar algunas monedas en la calle, pocas que la economía no está para excesos y también voy a "olvidar" algún billete en los pantalones de Borja y en los míos, porque no. Sólo espero que cuando alguien encuentre alguna moneda o nosotros encontremos los billetes "olvidados" y nos invada la diosa fortuna, algo se despierte y quizá nos alegre un poco el día, nos haga, al menos durante un ratito, poderosos. Después quien sabe, la suerte es caprichosa.

2 comentarios

KEBRANTAVERSOS -

Muy bonito tu relato en el CREATURA. Soy EL KEBRAN, encantado- Encuentrame en http://elkebrantaversos.blogspot.com
UN ABRAZOTE

Daniel (escribiendo desde el Paraiso Thalassa) -

¡Día mundial contra el astío y a favor de la expontaneidad y la felicidad! ¿Por que no proponer una iniciativa donde todos fuéramos olvidando cosas sin valor pero cargadas de sentimiento que, a ojos adiestrados, alegre su mero encuentro nuestro día?
Un ejemplo: "Viaje a la Alcarria" Después de muchas partidas de Trivial perdidas por mi desconocimiento absoluto de diferentes ámbitos del saber, y más exageradamente literatura y sobre todo historia, me obligué a coger de la biblioteca un libro del tan hinchado CJ Cela... Y allí estaba este libro que me propinía un viaje a una zona que no sale reflejada en ningún paquete de viajes del Corte Inglés o de circuitos de multiaventura... Pero lo cogí. Era un libro normal, de biblioteca, manoseado por cientos de intelectos más o menos abiertos al mundo imaginario, con los lomos reforzados en cinta... pero sin detalles que se salieran de la norma. Lo comencé a leer descubriendo un mundo pretérito que me mostró trayectos de mi ciudad que he realizado cientos de veces, pero en este caso hace décadas, cuando Madrid era realmente "paseable". Así hasta que nuestro protagonista coge su tren al corazón de Guadalajara (sic), donde comienza un peregrinaje sin destino, como deberían obrar los que osan llamarse "viajantes". Dejando de lado la calidad del libro (no soy quien) o el interés de lo que trata (no es lugar), llegué a un pasaje donde el protagonista, alter ego (y mucho mucho ego) del "gallego universal" (sic#2), se detiene en un cruce de caminos, se agacha y recoge una pequeña flor descrita con la simpleza de poder extrapolarlo a todo un campo repleto de ellas. La descripción por motivos que desconozco reblandecio mi corazón por entonces de duro acero, con lo que deseoso deboré aquella página para continuar con su descripción en la siguiente... pero cual fué mi sorpresa que al pasarla no sólo continuaba con la abstracción de aquel olor, sino que la flor estaba allí! Si... y no estoy hablando de magia, sino que alguien quiso "dejar olvidado un billete" en aquella página que alegrara el día al siguiente en disfrutar de la descripción del paisaje. Pero aquella flor hizo despertar mi cada vez más desarrollado síndrome de diógenes, con lo que deseé poseer esa flor. Tenía que ser mía, un recuerdo de aquel instante que me alegro todo un día... Naturaleza humana es el romper equilibrios, el desestabilizar la perfección de la naturaleza, o los actos viscerales de otros seres humanos... Supe que en el momento que aquella flor fuera tocada por mis manos se desintegraría dado su estado de secedad, ya que estaba extremadamente pegada a la página opuesta. Pero aún así no me pude resistir. La flor fué mia por un instante, casi por el acto reflejo de querer oler aquel prado de la Alcarria... pero estab seca! La fantasía y el espíritu de humano corrompido por el más indolente capitalismo me hizo obrar algo de lo que me estaba arrepintiendo desde el mismo momento de iniciar el acto. Pero de mi naturaleza también pueden nacer obras enmendatorias, y como tal procuré devolver con más de un mes de retraso el libro para poder continuar esta "cadena de favores" y secar una flor similar a la que hace más de diez años me alegro aquel día cualquiera de esta vida cualquiera que resulta ser la mía...

Me mueves y me conmueves...